UNIVERSIDAD PEGADOGICA NACIONAL
UNIDAD 144
CIUDAD GUZMÁN, JALISCO
LICENCIATURA EN INTERVENCIÓN
EDUCATIVA
Materia:
INTRODUCCIÓN AL CAMPO DE ORIENTACION EDUCATIVA
Trabajo:
Modelo de consulta
Alumna: Elda Fabiola Rivera
Rodríguez
3 B, turno matutino
Profesor guía: Mtro. Yurian
Isaías Ramos Enriquez
Ciudad
Guzmán Jalisco, Mpio. Zapotlán El Grande, 28 Noviembre del año 2015
Introducción
El
modelo de consulta surge para dar una atención personalizada a la persona que
será intervenida u orientada. En cierto modo por la falta de adecuación del
counseling para asumir la función orientadora de la educación. Pero este modelo de consulta no se utiliza
únicamente en el marco de la orientación.
Se caracteriza este modelo por ser un proceso
de interacción entre dos profesionales de igual estatus con la finalidad de
resolver los problemas de un tercero.
Se
considera además como un servicio indirecto que se produce entre dos
profesionales de estatus similar. Así, la consulta se inicia a petición del
consultante, que tiene plena libertad para aceptar o rechazar dicho servicio y
que implica al consultor y al consultante en una relación de carácter
confidencial y colaborativa. Tomando lo
anterior como un concepto muy amplio que permita describir lo mejor posible
este modelo de consulta, incluso puede utilizarse para describir cualquier tipo
de encuentro, de ahí la gran variedad de tipos de consulta y de modelos desde
los que se afronta.
Por medio de este modelo se da una relación triádica en la que
intervienen tres tipos de agentes: consultor
= profesional
Consultante
= otro profesional
Cliente
= persona a intervenir
Cabe mencionar que la relación no sólo puede establecerse con
personas individuales, sino también con representantes de servicios, recursos y
programas.
Teniendo como objetivo principal la ayuda a un tercero que puede
ser una persona o un grupo.
Por medio de este modelo se afronta la relación desde diferentes
enfoques: terapéutico, preventivo y de desarrollo.
Con frecuencia suele iniciarse centrándose en un problema
(remedial) para luego afrontar la consulta desde una perspectiva preventiva o
de desarrollo con la intención de mejorar los contextos y las condiciones para
que no se produzcan los problemas. Esto nos permite ampliar nuestro panorama de
opciones al momento de diseñar un plan o programa para la intervención.
Conclusión
En
este modelo, el interventor educativo puede ser parte de la figura del Consultor
o consultante por su preparación profesional.
Así estas dos figuras del modelo enfocadas al ámbito educativo que es
más usual, se puede decir que están formada
tanto del profesorado como de tutoras y tutores: siempre desde una relación de
igualdad profesional en cuanto a estatus y dentro de un estilo de colaboración,
el orientador u orientadora debe facilitar al profesorado su continua
adaptación a las demandas de la práctica profesional, tanto en lo que se refiere
a la docencia, entendida ésta en el sentido holístico de la palabra, como de la
intervención tutorial. Esto da una gran pauta para quienes estamos adquiriendo
esta formación profesional.
La
labor no se limitará solo a una persona que puede ser el alumno, sino que este
modelo puede abarcar aún más, ya que tiene más funciones como las siguientes:
1) Consultor
y formador de padres y madres: en determinadas situaciones las familias necesitan
y demandan el asesoramiento del profesional de la orientación para desempeñar
el papel de educadores de sus hijos e hijas en un entorno cada vez más complejo
y en una sociedad en perpetuo cambio, no exenta de riesgos sobre todo para los
más jóvenes.
2) Consultor
de la propia organización educativa y en la comunidad: tanto los orientadores y
orientadoras de los equipos de orientación como los que pertenecen a los
departamentos de orientación deben contribuir a la coordinación de los
distintos servicios y a la organización y funcionamiento de los centros.
El
desempeño de estos roles por parte del orientador ha de tener siempre un
carácter subsidiario y en ningún momento debe suplantar ni las
responsabilidades ni las funciones de los otros agentes educativos ya que este
es uno de los aspectos más importantes del modelo de consulta. Tomándolo
también en cualquier tipo de intervención como lo es en la industria,
empresarial, institucional y otros.
Recordar
siempre que el orientador como eje de toda actividad orientadora, fomentando
una relación abierta, colaborativa (en la que hay un reconocimiento mutuo de
los saberes y la experiencia tanto de orientadores como de profesorado) y
cercana a los intereses y necesidades de la comunidad. De esta forma, se
dinamizaría el proceso de intervención en colaboración con los agentes
implicados y la ruptura de las barreras estructurales.
Finalmente,
es muy importante que sea profesionales preparados los que intervengan en este
modelo, para que haya un asesoramiento que se esté llevando a cabo en la
práctica, y para su consolidación se requiere el reconocimiento mutuo del valor
y la naturaleza de los saberes, por parte de los profesionales implicados en la
consulta.
Bibliografía:
Grañeras y Parras 2008, Orientación educativa: fundamentos teóricos,
modelos institucionales y nuevas perspectivas, Madrid.