sábado, 28 de noviembre de 2015

ACT.9 MODELO DE CONSULTA




UNIVERSIDAD PEGADOGICA NACIONAL UNIDAD 144
CIUDAD GUZMÁN, JALISCO





LICENCIATURA EN INTERVENCIÓN EDUCATIVA


Materia:
INTRODUCCIÓN AL CAMPO DE ORIENTACION EDUCATIVA



Trabajo:
Modelo de consulta



Alumna: Elda Fabiola Rivera Rodríguez
3 B, turno matutino

Profesor guía: Mtro. Yurian Isaías Ramos Enriquez


                              
Ciudad Guzmán Jalisco, Mpio. Zapotlán El Grande, 28 Noviembre del año 2015


Introducción
El modelo de consulta surge para dar una atención personalizada a la persona que será intervenida u orientada. En cierto modo por la falta de adecuación del counseling para asumir la función orientadora de la educación. Pero  este modelo de consulta no se utiliza únicamente en el marco de la orientación.

 Se caracteriza este modelo por ser un proceso de interacción entre dos profesionales de igual estatus con la finalidad de resolver los problemas de un tercero.

Se considera además como un servicio indirecto que se produce entre dos profesionales de estatus similar. Así, la consulta se inicia a petición del consultante, que tiene plena libertad para aceptar o rechazar dicho servicio y que implica al consultor y al consultante en una relación de carácter confidencial y colaborativa.  Tomando lo anterior como un  concepto  muy amplio que permita describir lo mejor posible este modelo de consulta, incluso puede utilizarse para describir cualquier tipo de encuentro, de ahí la gran variedad de tipos de consulta y de modelos desde los que se afronta.

Por medio de este modelo se da una relación triádica en la que intervienen tres tipos de agentes: consultor  = profesional
                            Consultante = otro profesional
                            Cliente = persona a intervenir

Cabe mencionar que la relación no sólo puede establecerse con personas individuales, sino también con representantes de servicios, recursos y programas.
Teniendo como objetivo principal la ayuda a un tercero que puede ser una persona o un grupo.

Por medio de este modelo se afronta la relación desde diferentes enfoques: terapéutico, preventivo y de desarrollo.
Con frecuencia suele iniciarse centrándose en un problema (remedial) para luego afrontar la consulta desde una perspectiva preventiva o de desarrollo con la intención de mejorar los contextos y las condiciones para que no se produzcan los problemas. Esto nos permite ampliar nuestro panorama de opciones al momento de diseñar un plan o programa para la intervención.




Conclusión
En este modelo, el interventor educativo puede ser parte de la figura del Consultor o consultante por su preparación profesional.  Así estas dos figuras del modelo enfocadas al ámbito educativo que es más usual, se puede decir que  están formada tanto del profesorado como de tutoras y tutores: siempre desde una relación de igualdad profesional en cuanto a estatus y dentro de un estilo de colaboración, el orientador u orientadora debe facilitar al profesorado su continua adaptación a las demandas de la práctica profesional, tanto en lo que se refiere a la docencia, entendida ésta en el sentido holístico de la palabra, como de la intervención tutorial. Esto da una gran pauta para quienes estamos adquiriendo esta formación profesional.

La labor no se limitará solo a una persona que puede ser el alumno, sino que este modelo puede abarcar aún más, ya que tiene más funciones como las siguientes:
1)    Consultor y formador de padres y madres: en determinadas situaciones las familias necesitan y demandan el asesoramiento del profesional de la orientación para desempeñar el papel de educadores de sus hijos e hijas en un entorno cada vez más complejo y en una sociedad en perpetuo cambio, no exenta de riesgos sobre todo para los más jóvenes.
2)    Consultor de la propia organización educativa y en la comunidad: tanto los orientadores y orientadoras de los equipos de orientación como los que pertenecen a los departamentos de orientación deben contribuir a la coordinación de los distintos servicios y a la organización y funcionamiento de los centros.
El desempeño de estos roles por parte del orientador ha de tener siempre un carácter subsidiario y en ningún momento debe suplantar ni las responsabilidades ni las funciones de los otros agentes educativos ya que este es uno de los aspectos más importantes del modelo de consulta. Tomándolo también en cualquier tipo de intervención como lo es en la industria, empresarial, institucional y otros.

Recordar siempre que el orientador como eje de toda actividad orientadora, fomentando una relación abierta, colaborativa (en la que hay un reconocimiento mutuo de los saberes y la experiencia tanto de orientadores como de profesorado) y cercana a los intereses y necesidades de la comunidad. De esta forma, se dinamizaría el proceso de intervención en colaboración con los agentes implicados y la ruptura de las barreras estructurales.

Finalmente, es muy importante que sea profesionales preparados los que intervengan en este modelo, para que haya un asesoramiento que se esté llevando a cabo en la práctica, y para su consolidación se requiere el reconocimiento mutuo del valor y la naturaleza de los saberes, por parte de los profesionales implicados en la consulta.

Bibliografía:
Grañeras y Parras 2008, Orientación educativa: fundamentos teóricos, modelos institucionales y nuevas perspectivas, Madrid.



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